que evocan la geografía de otras tierras,
donde el gavilán surca un cielo azul
que, en los días claros,
quieren tocar las cumbres de la sierra.
Mi juventud que transitó inconsciente
entre el Duero y el Tajo,
arropada por ambos ríos,
que imprimen el sobrio carácter castellano.
A caballo de una cordillera
de montañas levantadas en hilera,
guardián agazapado,
que de Aragón a Portugal
se alza entre dos llanuras
como una imponente y mágica barrera.
Extensos campos colmados de verde,
agitados como un océano de cereal,
duermen en mi memoria
en un sueño lejano
de aromáticas primaveras añoradas
por amores perdidos en al camino,
intensos como la luz de la mañana,
breves como las amapolas en verano,
que puntean los agostados campos amarillos;
apasionados como los bosques
de colores robados al pintor de su paleta
en otoños de revelada belleza.
La tierra de mi juventud
es un gran campo arado,
ajado por los fríos invernales,
abrasado por la crueldad del verano.
Es la tierra en la que un día
amé, soñé, y viví.
Sin embargo, el rumor de las olas,
la fragancia dulce del azahar,
las tardes frente al mar,
están tan presentes
que, a veces, me cuesta recordar.
José Manuel González
José Manuel González
Si el gavilán se comiera
ResponderEliminarSe comiera como se come al ganado
Gavilán pio, pio.
Gavilán tao, tao.
Con la venia del poeta:
ResponderEliminarEn ocasiones, la utilización del (que) ya sea como pronombre relativo o conjunción, en poesía, puede evitarse. Como pronombre, equivale a el, la, lo cual';
'los, las cuales. Utilizas (que) en el 2º,4º,13º y último verso, juega a sustituirlo o eliminarlo, siempre y cuando no cambie la esencia de tu poema.
Arado y ajado rima, pero además de ser una rima fácil por la forma en que tienes construido el poema podría sonar cacofónico y aunque Alfonso Domínguez dice que la arruga es bella, ajado no es poético.
Mi humilde opinión.