miércoles, 14 de diciembre de 2011

POEMAS de AUSENCIAS

La muerte, las ausencias de nuestros seres queridos, se hicieron presencia en nuestra última tertulia, con los poemas:

"Sarcófago de los Esposos" de Mariajosé Sangorrín, un canto al recuerdo de su esposo.
"Fuiste", de Manolo Benages, maravilloso poema dedicado a su padre.
"Requiem", de Francisco Blasco, dedicado al amigo fallecido.

Esposo, padre, amigo..., siguen vivos en nuestro recuerdo.

Gabriel Celaya sabía que su poesía trascendería, que en su obra radicaba su eternidad.

martes, 13 de diciembre de 2011

SARCÓFAGO DE LOS ESPOSOS

Amanece


Sol y Luna
en un ártico destello.


Bóreas
alienta los confines.


Tres gaviotas
acarician estelas
en el mar-océano.


Al borde del mundo
un sarcófago
es nuestro lecho.


Descanso plácido.
Rostros serenos.


Me ovillo en tu regazo
y siento la pulsión
del universo.


En el espejo
de tus ojos almendrados


dos sonrisas.
Un enigma.


Joven esposo,
vences al tiempo.


Escucho tu música callada
evoco versos


me despojo
                    de mí

                                           y

muero.



                                          Mariajosé Sangorrín

FUISTE

A mi padre

Fuiste gramil, formón y garlopa,

ángulo en inglete

escuadrando, centímetro a centímetro

la exacta medida de la honradez.

Fuiste abedul erguido

absorbiendo la sabiduría

por sus raíces centenarias.

Fuiste, gestada en el mar,

la lágrima que nace nube.

Sendero fuiste en la montaña

y en la roca aljibe

y fuiste brisa, nunca viento.

Fuiste ternura desgarradora

parapetada en la tristeza.

Y fuiste pan

y fuiste vino

en la sencilla mesa del almuerzo.

Fuiste mano refugio,

sonrisa leve de brillo intenso.

Y fuiste latido,

y despertar por las mañanas,

y el surco de la tierra,

y la sombra de la encina.

Y fuiste espejo.

Y luego

fuiste tarde sin crepúsculo

esperando dormido la noche

para ser ahora mañana

y vencer así al tiempo.

Manolo Benages. Noviembre 2011


REQUIEM

En un instante se te fue la vida.
Tus alas dejaron de alar junto a la mía.
La orilla ya no alcanzó a ver tu mirada
ni en su reflejo la perdida mía.

La luna ya no cantó tu sonido
ni pronunció tu nombre, ni tu apellido,
y las estrellas dejaron de peinarte,
de abrazarte, de amarte y de sentirte.

Ese mar, ausente mar
que duerme en la noche dormida
en el que ya no sé si me escuchas,
al que clamo en mis sueños, que ya lo sabía.

Al que sigo diciendo que lates muy fuerte
más aún que el volcán que escupe
al hijo de sus entrañas, de su vida,
más fuerte aún que el día que faltaste.

Hoy con lágrimas ante tus ojos
sé que en tu último soplo,
de mí……, te despedías.

FB 21111


POEMA DE DESPEDIDA de GABRIEL CELAYA

Quizás, cuando me muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.

Quizás tú no recuerdes
quien fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.

Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.

Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente vivos!

Yo seguiré siguiendo
yo seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.


domingo, 11 de diciembre de 2011

NOTO REBOSAR EL CAUDAL EN MÍ

“Vengo de muchos libros"
J.M.CABALLERO BONALD

Noto rebosar el caudal en mí
después de haber leído
Pessoa.
Gonzalo Rojas
Caballero Bonald.
Oro puro de palabra hecha vida,
creada desde lo íntimo,
convertida en aliento.

Y, teniéndolos a ellos, tan fácil,
¿para qué bucear en aguas turbias
por si aparece una pepita?

Estos “crepúsculos matinales”,
que, como dice Rojas, siempre me funcionan,
me dan el brillo diamantino que,
en algunos casos,
alguien me ve. Pero,
claro, no es genético, es solo
prestado.
Aunque, en esa urdimbre,
me lo quedo.
Es mío.
Y sueño en tejer un buen paño
con mis palabras ovilladas entre los pliegues
recónditos.

“¿Qué se espera de la poesía
sino que haga más vivo el vivir?”,
se pregunta Gonzalo Rojas.

“Vengo de muchos libros”,
escribe Caballero Bonald.

Y después agradezco la sonrisa
cómplice que me provoca el “semiheterónimo”
Bernardo Soares:
“No pensar es la mejor parte
de ser rico”.

Este tiempo que no pasa,
o que pasa ligeramente junto a ellos,
se queda en mí.
Y esta púrpura, este palio,
bajo el que logro introducirme,
casi a escondidas,
es mi riqueza, mi caudal secreto.

Tengo por indudable
que los poetas no me fallan,
están siempre ahí, tranquilos, seguros, encantados.
Yo los prendo –sin que protesten-,
como un rico abalorio
en mi siempre presente.

Están en mi alma.

Laura Monroig. 2004

viernes, 9 de diciembre de 2011

OCTAVIANO

Fluyo en la Galia Cisalpina,
a la orilla del Po
de este a oeste.

Un libro me habla de Virgilio
del círculo de Catulo
y las lecciones de Epidio.

Giro la página y me pregunto
¿por qué los poetas que conozco
no me hablan de los alejandrinistas,
de Teócrito,
de Calímaco
del león que duerme
o de la serpiente que hiberna?

¿Por qué la Eneida me hace pensar en esto…

Tony Calix