martes, 22 de mayo de 2012

EN MI UNIVERSO


“Me gusta trabajar en la mesa de la cocina, hace años
que le doy al bolígrafo en la mesa de la cocina”.
                       ANTÓNIO LOBO ANTUNES

Hoy es sábado.
Es un tiempo solo mío,
me pertenece
hasta la hora en que los demás
se levantan.

Estoy en la cocina.
Preparo mi desayuno
con frutos secos, avena, miel, chocolate, leche…
Lo tomo con gusto,
soy golosa.

Después, limpio la mesa y la lleno de libros,
poetas admirables,
de lápices, bolígrafos y papeles.
Leo, subrayo, me intereso,
me emociono,
paladeo versos,
me sumerjo en el gozo
y me permito alternar con los grandes.
Luego siento la necesidad de transcribir
lo intangible, lo que me une a ellos.

Acerco una hoja en blanco
y levanto la mirada en completo silencio,
me adentro en la oscura caverna del ser
buscando el resorte que prenda la luz.
Y brotan de la fuente secreta
deseos, sueños, algún desencanto,
retazos de vida…
Mientras caen sobre mí pétalos amarillos.

(He vivido momentos inolvidables:
emociones, fulgores,
palabras que me transportan, me traspasan,
me invaden, me buscan, me encuentran…
He descubierto pozos sin fondo:
vida floreciente más allá de lo visible).

Y el tiempo pasa rozándome
como un ala.
Después,
tomo el tensiómetro,
lo fijo en la muñeca y pulso el botón.
Espero…
Suelen aparecer unos números que me tranquilizan,
y me pregunto si son buenos los versos
para tratar la hipertensión.
Aquí, en la mesa de la cocina,
en mi universo,
me siento en paz.

(27/10/07)
LAURA MONROIG


2 comentarios:

  1. Qué sensación de relax evoca la mañana del sábado. Y la cocina, ese espacio mágico donde lo cotidiano se transforma en sueños intangibles y donde la Poesía que brota de tu interior, se adueña de lo invisible.

    Muy bonito, Laura.

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