lunes, 3 de septiembre de 2012

*



Cual tronco seco
mi cuerpo gime
al frío viento.

Mis pies, raíces,
buscan su madre
y en ella hundirse.

Mis ojos se abren
como ventanas
hacia la tarde.

Mis manos se alzan
pidiendo un beso
de madrugada.

Sólo un lucero
oye mi queja
y mi lamento.

Quiero más cerca
tus ojos negros…
tu boca fresca.

Tu dulce aliento
es mi condena
y mi consuelo.

                      XIMO GONZÁLEZ. Diciembre 2011 

 

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